lunes, 17 de agosto de 2009

Trazos culturales del pueblo Mexicano


La 22ª versión de la Feria Internacional del Libro de Bogotá no solo está enmarcada en la diversidad de cultura de la industria editorial, también es un reflejo genuino de las distintas expresiones, tradiciones, cultos y huellas representativas de México, país invitado de honor por segunda ocasión.

Las artes visuales como fieles registros palpables de la historia de un pueblo que viajaron del pensamiento y de la representación mental de la realidad al grabado, a la pintura o a la fotografía hoy se hacen presentes en esta feria, cargada de múltiples colores, de tintes de toda índole, de la esencia del pueblo mexicano que aparte de compartir toda su riqueza narrativa, poética y literaria expone además su arraigo cultural, sus costumbres y sus más fervientes raíces, así como uno de los barrios más populares de este país: Tepito, emblemático de la zona céntrica de ciudad de México que es retratado a través de sus personajes e historias por el reconocido fotógrafo Francisco Mata Rosas quien quiso mostrar de él una mirada distinta a la que día a día es noticia en la sección roja de los medios, una mirada de su gente, de sus formas de vida, de su palpitar y de su vibrar.

“¿Qué sería de las letras sin el empeño paralelo de las artes plásticas, fuente inagotable de imágenes y perspectivas? Las preocupaciones de un lenguaje se reflejan en el otro: del óleo a la palabra y de ésta a la textura del grabado; expresiones de la creatividad se sostienen y acompañan mutuamente. Por eso, creemos importante compartir con el pueblo colombiano no solo nuestras letras sino también nuestros trazos.” Manifiesta Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y quien deja en evidencia que la Feria integró las distintas artes en una sola expresión abierta a todos los públicos desde el pasado 12 de agosto y que se extenderá hasta el 23 del mismo mes en el pabellón 4 de Corferias.

Tepito. ¡Bravo el barrio! Es una exposición de 43 fotografías que configuran la identidad de un lugar que fue epicentro de indígenas, un enclave colonial que hoy es un vecindario carismático con cientos de historias por ser contadas, alejadas de las que se revelan a diario por los medios de comunicación tildadas con violencia, sangre y delincuencia; la exposición por el contrario es esa otra perspectiva que muchos ignoran.

Rasgos característicos como el culto a la Santa Muerte se hacen evidentes así como una explicación visual de por qué se le ha determinado como el ‘barrio bravo’, no solo por las figuras reconocidas del boxeo que surgieron de allí sino por el empeño de sus habitantes de mantener intactos sus códigos culturales, sus rastros de identidad y de significación colectiva.

Ante la respuesta satisfactoria del público ante esta muestra fotográfica, Blanca Espinosa, subdirectora de Promoción editorial del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes asegura con orgullo y certeza que “cada fotografía es producto de una expresión espontánea de los habitantes de Tepito, fueron ellos quienes decidieron qué era lo más representativo de su cultura y qué es lo que más arraigado tienen a sus vidas. No es solo un conjunto de fotos con rostros distintos, más que un reportaje o un abordaje antropológico o documental, es todo un proyecto que busca exaltar una riqueza humana viva y generosa.”

Por otra parte, la feria ofrece una exposición de 20 fotografías con los mejores lugares y ángulos dicientes de las ciudades mexicanas declaradas patrimonio mundial entre las que se destacan Puebla, Morelia, Querétaro, Guanajuato, Ciudad de México y Zacatecas, entre otras. La majestuosa arquitectura, la exuberancia de sus fachadas y el legado de antiguas civilizaciones caracterizan fuertemente esta muestra cultural.

Como una mirada plural el pabellón de México (un espacio diseñado por el arquitecto Bernardo Gómez-Pimienta) cuenta con una gran muestra artesanal representativa del norte, centro y sur del país como máscaras de danzantes de Sonora, vasijas, tejidos de múltiples colores, la procesión de Día de Muertos, calaveras gigantes, cerámicas de barro negro y verde, entre otras piezas de valor cultural inimaginable.

Por esto y por más razones que se pueden escapar de este blog, la feria del libro no es solo un marco para las letras, también lo es para los trazos de la cultura.


Por: Jenny Ramos Martín.

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